Ébola, virus letal o arma biológica.

El ébola es uno de esos virus letales de los que sabemos de su existencia, pero creemos estar a salvo. Ya se conoce el primer caso de contagio fuera del continente africano, una de las enfermeras que trataron al religioso que enfermó de ébola hace semanas y que finalmente murió, después de haber sido trasladado a España para su cuidado y tratamiento. Pero no es la única ya que dos personas más que trataron al religioso también presentan síntomas.

El descubrimiento oficial del virus fue en 1976, cuando se investigó una epidemia con altos niveles de mortalidad al lado del río Ébola. Se trasmite por contacto de fluidos o sangre. Puede llegar a tener un 90% de mortalidad. Los síntomas son parecidos a los de la gripe tales como fiebre, debilidad y dolores de músculos, cabeza y garganta. El resultado de esos síntomas son vómitos, diarreas, erupciones cutaneas, disfunción renal y hepática y hemorragias internas y externas. Los expertos creen que el murcielago de la fruta es el origen del virus, lo puede propagar por mordisco o por el contacto directo de sus escrementos con la fruta de la selva. Los chimpancés y gorilas también pueden ser portadores del virus al alimentarse de frutos contaminados o carne de animales contaminados.

Los infectados que logran sobrevivir son expulsados de sus comunidades y despreciados simplemente por miedo. En muchos poblados los mismos vecinos y familiares llegan a encerrar a los infectados en sus casas, emparedándolos en vida y olvidándolos hasta la muerte.

Como sucede en muchas ocasiones no todo el mundo piensa igual sobre el origen autentico del Ébola. Las teorías de la conspiración explican que el virus del Ébola nació en un laboratorio o que fue modificado para conseguir un arma letal destinada a guerras biológicas o bioterrorismo. Es probable que debido a algún accidente durante la experimentación, el virus se propagara en África o bien fuera soltado conscientemente. El que no hayan documentados más casos anteriores a su descubrimiento oficial en el 76 invita a pensar en teorías conspiratorias. Aún así  las creencias de algunas tribus indígenas parecen indicar que sospechaban de la existencia de algo peligroso, proveniente de la selva y de los murciélagos desde tiempos remotos.

A día de hoy no existe tratamiento totalmente efectivo, ni vacuna para prevenir su contagio. Las multinacionales farmacéuticas están empeñadas en experimientar con vacunas de productos artificiales, que no están dando los resultados esperados. El hecho de que se haya descubierto una planta que tras investigarla a fondo puede ser prometedora para experimentar con ella y elaborar una vacuna efectiva, levanta aún más sospechas, ya que las farmacéuticas no están interesadas en experimientar con productos naturales, que no les permitirían enriquecerse tanto como con productos patentados por ellas.

La idea de que África se convirtió hace tiempo en un campo de pruebas enorme circula en la opinión de mucha gente. Los mismos africanos desde hace tiempo sospechan, desconfían y culpan al hombre blanco de males como el Ébola o el Sida, aseguran que estas enfermedades no existían entre ellos hasta que el hombre blanco comenzó el expólio de sus riquezas naturales. Otros creen que la selva o la naturaleza se está vengando por el daño causado y que por ello todos sufren sin distinción. 

La soberbia de Occidente puede ser su perdición.



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