El derecho a amamantar.

Hace pocos días leí una noticia que cada cierto tiempo aparece en diversos medios con protagonistas distint@s pero siempre la misma situación. En este caso la noticia hacía referencia a una fotografía colgada en una red social por una mamá, que sentada en lo que parece un restaurante aprovecha para amamantar a su bebé. La imagen no debería ser para nada extraña ni siquiera noticia, pero lo que la convierte de nuevo en noticia viral es a donde mira esa mamá o más bien a quién mira. Por lo que explica esta mami miraba fija a los ojos de una mujer que con su misma mirada y gestos reprochaba a nuestra mami por haberse sacado el pecho en pleno restaurante para amamantar a su bebé sin tan si quiera taparse. Aquella mujer se sentía incómoda, ofendida y creía que hacía sentir nuestra mami de la misma manera a las demás personas de ese restaurante. Una mujer que por lo visto entiende este gesto de lo más natural entre una mamá y su bebé un insulto a la moralidad y la ética. Una auténtica locura que en pleno siglo XXI que debería ser una triste anécdota de intolerancia e incomprensión, pero que por lo visto está demasiado extendida entre muchas personas ya sean hombres o mujeres aunque hayan sido papás o mamás... como ya he mencionado: una auténtica locura incomprensible.


Afortunadamente yo como padre y mi mujer como madre no nos hemos tenido que ver en una situación tan desagradable como la de la noticia, posiblemente en algún lugar hayamos despertado comentarios y malas miradas por amamantar en un lugar público a nuestra hija cuando era una bebé y lo necesitaba, pero si hubiéramos tenido que sufrir una de estas situaciones tengo muy claro que JAMÁS hubiéramos hecho caso a esa gente intolerante con moralidades tan estrictas que les nublan la razón y el sentido común. Lo que recuerdo de esos momentos son sobretodo mujeres que vivían esa situación como lo que es, algo hermoso y tierno que en alguna ocasión no dejaban pasar la oportunidad para demostrárnoslo con alguna sonrisa tierna o algún comentario muy agradable. Y es que ellas, las mujeres, deberían ser las que comprendieran mucho mejor que nadie esas situaciones, la gran mayoría lo entienden y defienden, pero incomprensiblemente existen mujeres que discuten que una madre pueda amamantar en público a su bebé, mujeres mayores que han vivido épocas con mucha censura y mujeres jóvenes que han crecido en nuestros días, tal vez las que menos entiendo su forma de pensar a no ser que se hayan criado en un ambiente que censura ese tipo de acciones tan y tan naturales. En lo que nos hace referencia a los hombres en este tiempo he notado cierta incomodidad, yo he de reconocer que al principio también la viví pero por ese odioso "que dirán" o "que pensarán", pero cuando te convences de que eso a parte de natural es necesario para una personita por la que darías sin pensar tú vida te evades de cualquier miedo o incomodidad.

Para concienciar a l@s que aún tienen estúpidos prejuicios al respecto o resolver dudas de otr@s, no solo mamás como la protagonista de esa noticia o asociaciones en defensa de esas mamas y sus bebés han de trabajar para concienciar a la sociedad de este acto natural y normal, también los medios de comunicación y gobiernos han de trabajar con campañas para ello, incluso reflejando este acto como un derecho plenamente constitucional. Lamentablemente mientras exista gente de todo tipo, políticos o religiosos con esa moralidad tan casposa seguirán sucediendo situaciones en las que mamás que con todo el derecho del mundo y que la vida les ha brindado se descubran el pecho para dar de comer a su bebé en lugares públicos, se encuentren con gente que se sientan ofendidos y que con sus propias ofensas insulten a esas mamás y papás dispuestos a dar la vida por sus bebés y alimentarlos donde y cuando sea necesario. En nuestra mano también está colaborar con nuestros actos a que nuestra sociedad entienda este tipo de situaciones como normales y naturales, por lo que si eres papá o mamá o estás apunto de serlo, no tengas miedos ni vergüenzas, cuando tengas a esa pequeña personita entre tus brazos entenderás perfectamente lo que debes hacer.

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