El Salto de los suicidas de Tequendama.

En Bogotá, Colombia, existe un lugar de enorme belleza. Un lugar rodeado de naturaleza en el que destaca una espectacular cascada de unos 157 metros. Y es ahí donde el misterio se hace patente. Se tiene conocimiento que desde principios del siglo XX e incluso mucho antes, personas de la misma Bogotá y alrededores acudían hasta el borde del llamado Salto de Tequendama, para saltar al vacío con la única intención de desaparecer de esta vida. Gente con problemas económicos, de amor, laborales, etc y que estaban sumidos en una gran depresión, tomaban la terrible decisión de suicidarse. Con la intención de desaparecer sin generar más problemas a la familia, se lanzaban desde lo alto de el Salto de Tequendama y al golpear con las enormes rocas practicamente quedaban destrozados. La dificultad de los equipos de rescate y de fuerzas de seguridad para rescatar los cuerpos obligaba a dejarlos en la falda de la cascada. Muchos cuerpos terminaban acumulandose no solo allí, también unos metros río abajo.



Se dice que el lugar incita al suicidio incluso sin tener la más mínima intención de saltar. Existen testimonios de personas que tras ir a pasear por el lugar, de forma inexplicable cambian de rumbo hasta lanzarse cascada abajo. Cuentan la experiencia de unos jóvenes que sin prestar atención a la leyenda, decidieron pasar una noche cerca del Salto de Tequendama tras un día de excursión. Una de las jóvenes se despertó en mitad de la noche como si alguien la llamara, salió de la tienda de campaña donde estaban, comenzó a caminar hasta el Salto y se dejó caer sin más. Quienes intentaron investigar aquellos suicidios masivos también sufrían una especie de maldición que les hacía lanzarse al vacío o precipitarse por accidente. Y es que en los años cincuenta se llegaban a registrar un suicidio al día.

Ese peregrinaje de la muerte generó también mucha expectación, hasta el punto de que se tuvo que contratar a personal de seguridad para evitar que potenciales suicidas se lanzaran, así como controlar a todo "turista" interesado en poder presenciar un salto en directo e incluso inmortalizarlo con sus cámaras fotográficas. Esa macabra afición se refleja en multitud de fotografías que muestran incluso a suicidas posando antes de saltar, otros como si dejaran una especie de mensaje póstumo se fotografiaban en mitad de todos esos "turistas" de lo macabro, para terminar suicidándose ante la sorpresa de muchos. La gran mayoría de suicidas tenían un punto en concreto desde el que saltar, una piedra situada en el filo del acantilado y en la que en algún momento se colocó la estatua de la virgen a la cual muchos se encomiendan antes de saltar. Un par de placas con dos mensajes que intentan hacer recapacitar a los suicidas de sus actos se sitúan en esa piedra.






El misterio alrededor de aquel paraje  continúa hoy en día, desde el cual se siguen lanzando personas profundamente apenadas. Los hechos extraños continúan también en un edificio situado casi en frente de la cascada, como si estuviera incrustado en el acantilado. Ese edificio fue lugar de reunión en los años treinta de la flor y nata de la sociedad acogiendo todo tipo de comidas, cenas y fiestas de gala mientras era testigo mudo de las muertes que se cobraba el Salto de Tequendama. El edificio que antes gozó de un gran esplendor fue perdiendo interés hasta que fue abandonado y casi olvidado. Hoy en día es un hotel con unas vistas magnificas, pero el haber sido testigo de tantas muertes a lo largo de tantos años de alguna manera le marcó. Se cuenta que no han sido pocas las experiencias insólitas vividas por clientes y empleados. Desde descensos bruscos de temperatura, sensaciones de que alguien observa entre las sombras, puertas y armarios que se mueven solas, apariciones fantasmales de lo que se cree son algunos de los espíritus de los suicidas...



El Salto de Tequendama es un lugar de gran belleza, pero ¿puede la naturaleza ser la causante de esa atracción fatal hacía la muerte o existen otro tipo de fuerzas capaces de ello? El misterio del Salto es posiblemente mucho más antiguo de lo que se cree. Si te animas alguna vez a visitarlo hazlo con la mayor de las felicidades y los ánimos, es posible que la maldición del Salto te atraiga al abismo si no es así. 

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