La perdida de estilo hunde al Barça.

Pep Guardiola ya lo advertía, decía algo como que quién fuera que estuviese al frente del club debía saber hacer transiciones con tiempo y tranquilidad a la vez que conservar un estilo, que hoy en día todo el mundo relaciona inequivocamente con el Barça. La contratación de Luis Enrique como entrenador en la temporada 14/15 dotó al Barça, no sin dificultades que duraron cinco meses, de un plan B a la par que de recursos en defensa y ataque tan necesarias incluso en el mejor Barça de Pep, tales como las contras letales con las que el tridente (MSN) se ha puesto las botas. Hay que ser justos y reconocer que Lucho recondujo una grabe crisis de vestuario en sus primeros meses, seguramente con la implicación de la directiva y la colaboración necesaria de los mismos jugadores, consiguiendo una paz que le permitió exprimir un jugo futbolístico de tal manera que se ganaría el segundo triplete (Liga, Champions y Copa), situando al club como único en la historia que lo consigue.

A ello le siguieron otros títulos incluso esta temporada, pero parece que algo cambió en el Barça de Lucho. Ya desde las primeras jornadas algo no parecía funcionar, aquel juego fácil y que combinaba cuando lo necesitaba control y ataques rápidos se esfumó de un plumazo. Hoy en día el "nuevo" Barça de Luis Enrique de la temporada 16/17, como lo defino en ocasiones, se ha convertido en un equipo de Premier League. Un equipo que basa su juego en un constante ataque y defensa en el que el medio campo es un mero espectador del juego. 



El Barça ágil y en constante movimiento esta temporada es tosco y falto de ideas. La ausencia evidente de un organizador de juego, que no hace tanto teníamos en Xavi, facilita que la salida del balón desde la defensa sea lenta y sin opciones de sorprender en ataque. Obliga a Busquets a multiplicar sus tareas defensivas, de recuperación de balones y de cubrir los huecos dejados por otros compañeros, con la de conducción de balón en el inicio de jugada. Pudiera ser que la mejor opción para recuperar a ese organizador sería recolocar en ese rol a Iniesta, pero no parece que esa opción entre en los planes del entrenador. Ese Barça con un medio defensivo y dos volantes capaces de apoyar defensivamente y ofensivamente a pasado a dos medios defensivos y un volante adelantado. Esto limita la capacidad de crear juego como el equipo sabe y que en otras ocasiones ya quedó bastante claro, y obliga a su vez a un jugador del peligro de Messi, a abandonar su posición en ataque para retrasarla en virtud del intento de la creación de juego. Eso genera un problema en la línea de ataque ya que perdemos combinación arriba y peligro, mucho peligro llegado por banda derecha hacía el centro del ataque. Lo de utilizar a Messi como un medio ofensivo más no es nuevo y a proporcionado al Barça grandes recursos, pero cuando se da la situación con Busquets y Andre Gomes en la media la cosa no funciona.

Busquets no está viviendo su mejor temporada, como muchas otras piezas importantes del equipo, pero la constante confianza ciega en Andre Gomes personalmente me saca de quicio. Creo que es un gran jugador, pero a día de hoy aún está por demostrar que su fútbol congenia con el Barça. Es un jugador con toque y físico, pero tremendamente lento respecto a sus compañeros y a lo que demanda el juego del equipo, así como nulo en el cuerpo a cuerpo, algo difícil de entender viendo la planta de este jugador. Tal vez su adaptación no vaya por el mejor de los caminos, algo que lastra la progresión de jugadores como rafinha o Denis, o la forma y obtención de la mejor versión de Turan y Rackitic por sus preocupantes faltas de minutos en detrimento del jugador portugués. En la delantera la cosa no parece andar mejor posiblemente por el estado de forma de Messi, Suarez y Neymar, pero lo que está claro que incluso en el Barça de los contraataques letales la MSN también necesita de un medio campo que conecte con ellos y que se antoja inexistente en este "nuevo" Barça de Lucho. La falta de un organizador que ayude a la conexión entre defensa, centro y ataque obliga a Neymar y Messi a bajar hasta más allá del centro de campo para iniciar jugadas, algo que los desgasta más de la cuenta al tener que correr más distancia en conducciones largas a la vez que driblando contrarios, a parte de no aprovechar las llegadas de los laterales hasta línea de fondo. En mi opinión la defensa es lo que mejor funciona gracias al nivel de Piqué o Umtiti, aunque tiene puntos débiles importantes. Un punto débil a mi juicio es el lateral derecho. Se echa mucho de menos a Alves en esa posición, que pese a no ser el mismo de otros años desempeñaba un trabajo único en el esquema del Barça. Sergi Roberto no es lateral y eso aunque tuvo un gran arranque de temporada, le está pasando factura. Sufre mucho en ese lado y los rivales lo saben habiendo llegado bastantes goles por ese lado. En ataque en ocasiones se encuentra solo en la derecha por la ausencia de Messi que abandona esa posición, por lo que le resta peligro por la derecha.


Creo que aún hay tiempo de reconducir una situación que ya dura demasiado, recuperar la esencia del mejor Barça, ese estilo con matices necesarios es primordial para salvar como mínimo las opciones para la liga así como para afrontar con confianza la final de copa. En una crisis deportiva jugadores y entrenador son responsables, pero en esta ocasión creo importante que Luis Enrique recapacite en varios conceptos que hasta ahora se ha mostrado intransigente, como el de las masivas rotaciones y rescatar el estilo. Ya hace jornadas que pienso que Luis Enrique no seguirá la temporada que viene porque no renovará, hasta ahora podría tener la sartén por el mango a la hora de negociar con el club e imponer sus ideas, pero en el fútbol igual que en la vida todo puede cambiar y parece que en su caso puede haber cambiado. En sus manos está terminar la temporada y dejar el recuerdo como uno de los mejores entrenadores de la historia del club o marcharse dejando la imagen de un mister soberbio incapaz de aceptar sus propios errores.



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