EL ENTE, un caso único de agresiones sexuales paranormales.

En el año 1974 Doris Bither (su nombre real se mantiene en secreto aún hoy en día) vivía en Culver, California, junto con sus cuatro hijos, una niña de 4 años y tres varones de 10, 13 y 16 años. Todos de matrimonios distintos. Doris era viuda.

Un día Doris empezó a sentir presencias extrañas en la casa, como si algo la rozara y acompañara por la casa, cuando sucedió lo increíble, fue atacada por una entidad que la sometió contra su voluntad en el dormitorio, violándola y golpeándola. Después de aquello los ataques se fueron intensificando hasta el punto de sentir como dos entidades más colaboraban en las violaciones. Doris decidió acudir a un psiquiatra que después de estudiar su caso, para valorar la posibilidad de problemas mentales, quedó completamente perplejo al saber de los resultados ginecológicos de Doris. En dichos resultados se mostraban síntomas de brutales agresiones sexuales, inexplicables al no haber agresor físico. Mentalmente Doris estaba sana por lo que el doctor no supo valorar médicamente esos ataques.

Aquellas entidades no solo la atacaban cada día, también se mostraban en forma de luces delante de sus hijos, provocaban fenómenos poltergeist e incluso atacaban a los niños lanzándoles cosas. Fue entonces cuando decidió acudir al doctor en Parapsicología Barry E. Taff, para intentar buscar una solución desesperadamente. En un principio el doctor Taff creía que los problemas de Doris eran mentales y se decidió a investigar el caso. Se entrevistó con sus hijos y algunos vecinos, todos le confirmaron haber sido testigos de una manera u otra de abusos sexuales. A la entidad que Doris describía como posiblemente fornido, alto y fuerte comenzaron a llamarla “El Ente”. El doctor Taff pidió la ayuda y colaboración del hipnólogo Kerry Gaynor, pero sus sesiones de hipnosis no arrojaron luz al problema de Doris. De mientras Doris continuaba siendo atacada brutalmente y violada, por lo que Taff y Gaynor decidieron trasladar su cuartel general a su casa con la intención de estar cerca de ella el mayor tiempo posible.

Pasaba el tiempo y Doris empeoraba tanto que el equipo de investigadores temía por su estabilidad. Algunos médicos del equipo llegaron a plantear la posibilidad de que fuera todo algún trastorno del sueño, ya que los ataques surgían durante el rato que ella dormía, pero poco a poco esa idea iba desapareciendo y se hacía más fuerte la teoría paranormal.

Durante la estancia del equipo de investigación en la casa de Doris, las entidades se manifestaban de diferentes maneras ante ellos, llegando no solo a mover cosas, abrir cajones, lanzar objetos, si no que a manifestarse con luces que parecían sobrevolar alrededor y luces que papadeaban a gran velocidad. Las cámaras fotográficas no lograban registrar ninguna figura más allá de fotos desenfocadas, reflejos o arcos de luz. Incluso llegaron a presenciar esas luces en la habitación de Doris, pero de nuevo y después de acudir a socorrerla, no pudieron conseguir imagenes claras de nada. El Ente se manifestó un día delante mismo de la cara de Doris, los investigadores llegaron ha realizar unas fotos sorprendentes ya que el tiempo que El Ente estuvo delante de Doris, las imagenes mostraban la cara de Doris desenfocada por completo, hasta que despareció y las imagenes posteriores volvieron a la normalidad. Una noche decidieron experimentar en la habitación de Doris y llamar al Ente para que se manifestara. El asombro del buen número de investigares fue brutal cuando una luz amarilla-verdosa apareció y poco a poco se fué diluyendo hasta mostrar un torso de hombre grande y luego una cabeza. Luego desapareció ante miradas atónitas, varios flashes de cámaras y el desmayo de dos jovenes colaboradores.




Todo aquello superaba al Dr. Taff, Gaynor y el resto de médicos y colaboradores, que no dislumbraban solución y al mismo tiempo sufrían por Doris que continuaba siendo acosada. Una noche mientras dormían, Doris despertó con sus gritos a su hijo mayor que dormía en la habitación de al lado. Cuando entró  a socorrer a su madre, algo la zarandeaba y golpeaba en la cama, quiso avalanzarse sobre ello pero recibió un fuerte golpe en la cabeza acompañado de un empujon muy fuerte que lo desplazó al otro lado de la habitación rompiendole un brazo. Sin duda las agresiones eran brutales y violentas y todos podían correr riesgos.

A lo largo de la investigación Doris aseguraba haber quedado embarazada en varias ocasiones, pero se dictaminó que eran embarazos pscológicos debido a que sucedían habitualmente después de una agresión. El Dr. Taff habilitó en el laboratotio de la Universidad de California donde trabajaba, una habitación casi idéntica a la de Doris, para que permaneciera allí durante un tiempo mientras cámaras de vídeo y fotografía la monotorizaban en todo momento. Fue en una de esas noches cuando El Ente atacó a Doris sexualmente, pero esta vez mostrandose muy explícito, sometiendola a diversas posiciones sexuales como si se estuviera luciendo ante los espectadores. Desafortunadamente las cámaras dejaron de funcionar en ese momento y no quedó nada registrado. Hubieron más ataques similares presenciados por testigos pero no por las cámaras.

El ánimo de Doris por aquel entonces era muy bajo, por lo que dejó de acudir a las sesiones de investigación y decidió mudarse junto con sus hijos a Texas, con la idea de que contra más se alejara mejor le iría. Pero lo cierto es que eso no fue así, ya que las entidades la seguian acosando. Mientras Doris mantenía contacto con los investigadores que seguían sin dar crédito a todo aquello, el Ente parecía no olvidarse de Doris por muy lejos que se fuera. Pasaron dos años muy difíciles en los que llegó a mudarse cinco veces más, hasta que consiguió que los ataques fueran reduciendose hasta desparacer por completo.

Doris vivió tranquila desde ese momento por fín, hasta el año 2006 cuando falleció de cancer. Esta historia marcó un hito en el mundo de la parapsicología, ya que nunca antes se había registrado caso alguno con estos antecedentes. También motivo a Hollywood el estreno en 1982 de la película "El Ente", basada en estos hechos y que tuvo una gran acojida entre los espectadores. Un total de 50 personas fueron testigos durante el 22 de agosto al 31 de octubre de 1974 de fenómenos que superan con creces lo que se explica en la película, que ha un servidor que se atrevió a verla en su infancia, le mantuvo entre tres o cuatro días durmiendo con la cabeza totalmente tapada por las noches. Un caso real que conmueve y aterra solo de imaginar por el calvario por el que tuvo que pasar durante tanto tiempo una joven madre de cuatro hijos.

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