Poveglia, la isla veneciana de los muertos.

Poveglia es una pequeña isla al lado mismo de la ciudad italiana de Venecia. Su historia negra es conocida por todos los venecianos y demás italianos. Desde la época romana casi siempre fue utilizada para desacerse de los numerosos muertos que causaban las epidemias cercanas.

Según se extrae de diversos escritos todo empieza durante la época de la que Roma dominaba el mundo conocido. Una epidemia de Peste causó un gran número de bajas entre los ciudadanos de aquella antigua Venecia, por lo que se decidió utilizar la isla de Poveglia como lugar de aislamiento y reclusión de los enfermos. Durante el siglo XIV mientras la Peste Negra azotaba el continente Europeo aniquilando hasta un tercio de la población de entonces, las autoridades venecianas decidieron junto con la iglesia tomar ejemplo de sus antepasados y convertir la isla de nuevo en un lugar de aislamiento masivo de enfermos, a parte de un enorme crematorio de cadaveres que ya no cabían en la ciudad. Allí murieron miles de personas no necesariamente por la Peste, ya que antes de llegar a su final a muchos se les quemaba en masa siendo por tanto sentenciados antes de tiempo. Las enormes columnas de humo que procedían la isla se podían ver a kilómetros. Fue tal la cantidad de cadaveres incinerados que la isla fue adquiriendo una capa "pringosa" de cenizas, restos humanos y tierra que a día de hoy forman parte superficial e interior de la isla. Actualmente siguen llegando a las costas cercanas cuando el oleaje es más intenso, antiguos restos humanos que parecen brotar del interior de la isla.



Muchos años pasaron en los que la gente no se atrevía a llegar hasta la isla, tantos que hasta el año 1922 se decidió abrir un enorme psiquiátrico sobre la superficie de restos humanos de la isla. Desde que se inauguró muchos pacientes aseguraban ver vagabundear y escuchar lamentos por el centro médico y la isla, de que se cree eran los espíritus de los antiguos muertos de las grandes epidemias. El presunto estado mental de muchos de ellos invitaba a médicos y personal del psiquiátrico a no creerse nada de los que decían los enfermos. El psiquiátrico fue testigo a su vez de dudosas prácticas médicas brutales, llevadas a cabo por su director con los pacientes durante muchos años. Se dice que después de todos esos horrores infligidos a los pacientes el director del centro comenzó a ver también a los espíritus errantes de la isla. Eso lo traumatizó de tal manera que subió a lo alto del campanario que formaba parte del centro y se lanzó al vacio. La leyenda explica que una enfermera fue testigo del suicidio que no terminó con su vida y que, mientras agonizaba de dolor, un humo que emanaba del suelo acabó por ahogarlo hasta su muerte. Aquello fue el final del psquiatrico que cerró sus puertas para no volver a abrir jamás. Hay quién asegura que el espíritu del director se aparece por el centro y que en ocasiones toca la campana del campanario.

El gobierno italiano se convirtió en propietario de la isla de Poveglia pero la terminó vendiendo años después. En 1960 fue la última vez que alguien vivió permanentemente en la isla, cuando su entonces propietario huyó despavorido dejándola de nuevo abandonada. Hace pocos años una familia pudiente decidió comprar la isla y construirse su residencia de verano allí, pasada la primera noche se marcharon sin dar más explicaciones y no han vuelto que se sepa.

La isla ha sido y es visitada por numeros estudioso de lo paranormal. Muchos médiums han llegado a la isla y han asegurado que el dolor y el miedo a la muerte esta impregnado en todo, sufriendo dicho dolor y miedo en sus propias carnes. Los valientes que deciden llegar clandestinamente a la isla saltandose los puestos de vigilancia que existen, no vuelven jamas a la isla o no llegan a pisar suelo debido al miedo que se "respira" incluso antes de llegar a la costa. Un lugar marcado poderosamente por el dolor y la muerte de miles de personas que pasaron a formar parte, no solo del terreno si no del mismísimo corazón de una isla maldita desde hace siglos.


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