Los cráters del fin del mundo.

En 2013 unos helicópteros que sobrevolaban la parte norte Siberiana de Rusia detectaron algo sorprendente desde el cielo, un enorme cráter se dejaba ver donde antes no había sido detectado. Su diámetro era tan grande que incluso los helicópteros podían descender hasta la misma entrada del cráter y sobrevolarlo sin prácticamente dificultades. Aquel cráter despertó el interés de medio mundo y el temor del otro. Hoy a aquel enorme y misterioso cráter se le unen 6 más enormes y cerca de una veintena de mucho más pequeños repartidos por la región de la Rusia Siberiana.


En cuanto se dieron a conocer al mundo infinidad de teorías aparecieron con respecto a su formación. En un inicio se sospechó que podría haber sido causado por la caída de un meteorito, de hecho no hacía tanto Rusia había sido testigo de la colisión de un meteorito que dio la vuelta al mundo, pero aquello se descartó debido a las características del mismo por los científicos que se acercaron a la zona. De hecho la singularidad de ese cráter y de los otros descubiertos recientemente, demuestran que se formaron debido a una gran explosión desde dentro de la tierra hacia fuera. Otra teoría había sido la de una erupción volcánica, pero de nuevo los investigaciones sobre el terreno la descartaban.

El temor se despertaba entre la gente de los alrededores, la posibilidad de que otro cráter apareciera cerca de un núcleo urbano o en medio de él era patente. Historias sobre la posibilidad de que fueran puertas al centro de la tierra, cráters realizados por naves alienigenas ocultas debajo de la tierra o directamente ventanas al fin del mundo empezaron a circular, el misterio más sobrenatural parecía real. Pero en esta ocasión el misterio parece no ir por ese camino.

Expediciones científicas rusas dieron a conocer lo que hasta el momento es la explicación definitiva. Parece ser que el cambio climático una vez más influye negativamente en la tierra, de hecho la subida de las temperaturas en la zona provoca que el hielo existente debajo del suelo siberiano se empiece a derretir. Eso tan solo no debería ser un "problema", pero si lo es cuando hablamos de una zona rica en grandes cantidades de gas natural. Ese hielo perpetuo llamado permafrost y que está a unos menos 10 grados bajo cero contiene grandes cantidades de gas, que al liberarse por el deshielo ese gas toma una temperatura de unos 30 grados aumentando la presión que provoca una explosión hacía el exterior. En el caso del enorme cráter descubierto en 2013 y de otros igualmente grandes se estima que el poder de la explosión podría equivaler a 11 toneladas de TNT. Todo esto es un gran problema, ya que de momento no se logró determinar un patrón para conocer aproximadamente donde podría llegar a ser la próxima explosión. Uno de los 4 últimos grandes cráters conocidos recientemente se sitúa solo a 6 km del mayor yacimiento de petróleo y gas natural del mundo, algo que incrementa aún más el peligro de consecuencias peores.

Hasta aquí digamos que quedaría resuelto el misterio de como se han formado esos cráters, pero hay gente que no acaba por quedar suficientemente conforme con las explicaciones y sospechan que la mano del hombre, más allá del cambio climático, podría estar causando las explosiones dantescas que generan los cráters. De hecho las teorías conspirativas situan a la poderosa GAZPROM, principal extractor de gas natural y exportador de mismo, bajo sospecha. Diferentes investigaciones de la multinacional con sus propios científicos especulan sobre la posibilidad de haber descubierto, gracias a estos cráters, restos de un gas conocido con el nombre de "Fuego de Hielo" y que representaría una nueva energía para el futuro. Hay quién sospecha que GAZPROM podría estar desde hace tiempo perforando el suelo siberiano en busca de ese recurso energético que le de a Rusia una ventaja comercial en el futuro y exclusividad de extracción a ellos. Esas sospechan podrían estar causando la gran cantidad de cráters grandes y pequeños en Siberia, que podrían poner en riesgo la vida de personas. Ante esas sospechas la multinacional se defiende y desmiente, pero la posibilidad de que la codicia de unos se imponga una vez más ante la seguridad y la vida de muchos, no sería nada nuevo.

Por ahora solo queda estar atentos a la posibilidad de hallar nuevos cráters y esperar que no afecten a la seguridad de las personas.



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