Los mocos de la felicidad.

"Lo que no mata engorda", aunque en este caso debería ser algo como "lo que no te perjudica te hace sentir bien" ¿Cuantas veces te habrán dicho de pequeñ@ aquello de: "¡deja de buscar petróleo!"? Y es que aquello de hurgarse la nariz con el dedito y llevárselo a la boca socialmente no está bien visto. Hace unos años un estudio decía que hurgarse la nariz era perjudicial fueras niñ@ o adult@. El motivo era que hurgarse con cierta intensidad podría generar heridas dentro de la nariz así como provocar pequeñas hemorragias al dañar alguna vena que funciona por esa zona. En lo que respecta a los mocos se decía que comérselos podría ser perjudicial debido a que las bacterias atrapadas en la misma mucosidad de la nariz, podría afectarnos una vez llegara al estómago. Pero como acostumbra a pasar con este tipo de estudios, al tiempo puede aparecer otro igualmente serio y poner en serias dudas lo afirmado en el anterior.


Recientemente otro estudio asegura que literalmente comerse los mocos es bueno y deberíamos practicarlo más gente y en muchas más ocasiones. Ese estudio asegura que esos mocos con los que algunos niños juguetean, una vez entran en la boca se ha descubierto que tienen unas propiedades que afectan positivamente a los dientes generando una barrera que los protege contra las caries. Los dientes y algunas personas que disfrutan con ello, no solo son los únicos que se benefician de la ingesta de mocos, nuestro estómago recibe esa mucosidad que le ayuda a combatir posibles infecciones tanto estomacales así cómo también respiratorios e intestinales.

Para rematar el estudio asegura que a parte de ser sano lo de comerse los mocos, nos convierte en personas más felices. Por lo que olvídate de prejuicios y si quieres que tú cuerpo funcione y ser una persona más alegre, cómete los mocos.


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