La Cegua te espera en el camino.

Existe una leyenda muy antigua en Costa Rica, que tiene su extensión también en toda Centroamérica. Una leyenda que durante años, fue transmitiéndose de generación en generación, para advertir de un peligro que no es de este mundo, de una maldición sobre algo que la arrastra por la eternidad, buscando castigar a aquellos con los que se cruza. A ellos, la Cegua los acecha en los caminos oscuros y solitarios.


Cuenta la leyenda, que una joven bien hermosa vivía en una familia muy pobre. Esa joven, se sentía desdichada por vivir siendo tan pobre y ansiaba más, mucho más. Un día conoció a un joven adinerado y apuesto español, que se encaprichó de ella y la invitó a un baile que se celebraba la noche siguiente. Al decírselo a su buena madre, esta se negó a que aceptara la invitación, ya que aquel joven tenía fama de mujeriego. La chica no se tomó bien la negativa de su madre y montó en cólera. A los gritos, insultos y aspavientos le siguió tal rabia que se atrevió a levantar la mano a su buena madre, con la intención de abofetearla. Pero antes de que pudiera lanzar su mano, una tenebrosa garra negra, de uñas largas que apareció de la nada la agarró y detuvo. La hija y la madre no podían creer lo que estaba sucediendo, cuando una voz como salida del mismísimo infierno, le dijo a la joven: “Te maldigo mala mujer, por ofender y tratar de golpear a quien te dio la vida. Desde hoy y para el resto de los siglos los hombres a ti se acercarán, pero por tú espantoso rostro de ti correran”. Desde ese momento, la joven chica quedó maldecida a vagar por nuestro mundo como una especie de espíritu maligno, que se manifiesta en lugares muy concretos. 


Se dice que se la ha visto en diferentes momentos y épocas, apareciéndose a hombres de todas las clases, que antes de verla habían sido hombres mujeriegos o habían engañado a sus respectivas esposas. Esta se les presenta en un camino solitario y oscuro vagando sola. En ese entonces, cuando al pararse el hombre para preguntarle, ella le pide que la acerque al pueblo más cercano, que es donde ella dice dirigirse. Cuando el hombre, prendado por los encantos de una joven hermosa, vestida con una ligero atuendo blanco, se ofrece a acercarla a su destino, este se gira para verla de forma descarada y observa su auténtico rostro. La chica joven y hermosa que había recogido en el camino, ahora tenía por cara la calavera ensangrentada de un caballo, con la piel putrefacta colgando y los ojos enrojecidos. Generalmente a los hombres que se cruzan con la Cegua, se les encuentra al día siguiente tirados muertos al lado de en un camino, habitualmente con los ojos fuera de sus órbitas, en claro gesto de terror.


Aunque la leyenda habla sobre como se le aparece la Cegua a los hombres mujeriegos y adúlteros, se dice que cualquier hombre puede caer en su trampa y acabar muerto cualquier noche en cualquier camino solitario. En una provincia de Costa Rica, en Guanacaste, se explica como la Cegua puede incluso aparecer en fiestas o celebraciones, para coquetear con hombres, que después de acompañarla a un lugar apartado para intimar con ella, les muestra su rostro maldito.

La única manera de huir de la Cegua antes de que ella logre acabar con tú vida, según cuentan en algunos lugares, es tirándole semillas de mostaza, ya que las semillas de mostaza le son irresistibles. De esta forma, abandonará la idea de acabar con tú vida y correrá a comérselas. Al convertirse, no solo cambia su cara, también lo hacen algunas partes de su cuerpo como las manos, que pasan a ser cascos de caballo. Al intentar agarrar las semillas no podrá y vomitará su alma. Solo en ese instante, quién sea perseguido o amenazado por la Cegua, podrá salvarse.


Así que ya sabes, si eres un hombre mujeriego o engañas a tú mujer, corres el peligro de ser presa fácil para la Cegua.

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