La tragedia del Lago Nyos.

Nyos (Camerún), 21 de agosto de 1986, era un día como cualquier otro en esta provincia de Menchum al Noroeste del país. En Nyos vivía gente de campo acostumbrada a cuidar su ganado y trabajar la tierra cerca de uno de los muchos lagos formados en el cráter de un antiguo volcán, que a su vez forma parte del campo volcánico de Oku. Nadie podía imaginar que al final del día se desataría como una terrible maldición una ola de muerte transportada por una extraña nube que surgiría del lago.



Aproximadamente sobre las 21:00 horas del 21 de agosto de 1986 una explosión que provenía del lago de Nyos se escucha en pueblos cercanos. Los que llegaron a las inmediaciones para averiguar que había pasado no olvidarían aquello. 1.800 personas murieron y cerca de 6.000 cabezas de ganado corrieron la misma suerte, solo 4 personas lograron sobrevivir. Rápidamente se extendió el rumor de que una maldición castigó a las gentes de Nyos. Pero quienes empezaron a investigar y estudiar esa tragedia no tardaron en relacionarla con otro suceso a menor escala, comparada con el de la noche del 21 de agosto de 1986, y que les llevó hasta agosto de 1984.


En agosto de 1984 se detenía en una carretera cercana al lago de Nyos un pequeño autobús que transportaba unas 12 personas. El motor se paraba por culpa de una avería y no lograban arrancarlo. De las 12 personas que viajaban solo 2 permanecen dentro del mismo esperando. En unos segundos todos los que bajaron murieron practicamente al tocar tierra. Aquel día se registraron una veintena de muertes de personas que murieron mientras dormían igual que su ganado. Justo antes de las primeras muertes se escuchó una explosión.


Aunque en un primer momento esas muertes causaron un gran revuelo que incluso hoy continúa, fue la comunidad científica quién ofreció una explicación a una tragedia más natural que bíblica.

El lago Nyos esta justo en el cráter de un volcán dormido que surgió hace unos 500 años. Tiene una anchura de unos 1,8 km y una profundidad de más de 200 metros. Posiblemente debido a un seísmo o un derrumbe se liberó una bolsa de dióxido de carbono que se almacenaba debajo del mismo cráter del volcán. Una vez liberado el gas tóxico prevía explosión se propagó tan rápido que apenas ofreció oportunidad a las víctimas, que murieron tras dormirse poco a poco. Este peligroso efecto natural es conocido como erupción límnica. Desde la tragedia de 1986 se han instalado una serie de tuberías en el lago con el fin de ayudar a liberar la presión y evitar futuras explosiones de gas.

Pese a todo hoy en día aún hay quién piensa que aquello fue poco menos que un castigo divino. Lo cierto es que aunque creamos estar a salvo, los efectos de la naturaleza nos acechan indiscriminadamente en cualquier lugar.

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