Los intereses místicos de la Ahnenerbe Nazi en Montserrat y Barcelona.

Muchas obras de ficción han tratado el tema de la Alemania Nazi más ocultista desde películas a obras literarias. Una de esas obras literarias que leí hace unos años que me enganchó y que recomiendo leer fue "El Quart Reich" (El Cuarto Reich) del autor catalán Francesc Miralles. Una ficción que trata sobre un periodista americano llamado Leo Vidal que tras recibir el encargo para elaborar un informe sobre la financiación Nazi durante y después de la Segunda Guerra Mundial, se encuentra con una oscura organización secreta de extrema derecha, que a través de diversos golpes de estado busca instaurar un nuevo orden mundial. La investigación le llevará por Suiza, Japón y Barcelona y le hará sospechar de que en Montserrat se hayan las respuestas a todo. Como ya he escrito esta es una de las muchas novelas que tratan el asunto del interés que tenía la Alemania Nazi con respecto a lo que se llaman objetos de poder. Pero seguro que a muchos les sorprenderá como España estuvo en el punto de mira de la división ocultista Ahnenerbe de las temibles SS comandadas por Heinrich Himmler y, a parte de Madrid y Toledo, Montserrat y Barcelona también fueron objetivos de alto interés para los nazis.



Tras hacerse Hitler con un objeto de poder como la Lanza del Destino, con la que se cree que un centurión romano hirió a Jesucristo en un costado mientras estaba en la cruz y con la que cuenta la leyenda quién la tenga ganará todas las guerras, él y Himmler pusieron sus ojos en otros objetos de poder que les permitirían conquistar y dominar el mundo. Dos de esos objetos de poder del cristianismo que sospechaban los nazis que estaban en España, eran el Santo Grial y el Trono de Oro del Rey Martín I el Humano. 

Mientras que Himmler y su Ahnenerbe buscaron primero en Toledo y luego en Madrid, concretamente en el Museo de Historia entre varios objetos históricos de una colección agrupada por un masón español, en 1940 viajó hasta el Monasterio de Montserrat (Barcelona) para buscar el Santo Grial. Después de haber registrado el sur de Francia tras ocuparla, supo de rumores históricos que indicaban que el Santo Grial podría estar oculto en algún lugar de Montserrat o de sus muchos túneles secretos subterráneos. Quién recibió e hizo de guía para Himmler y su séquito fue el Padre Ripoll, que se negó a enseñarle los documentos históricos que poseían por no haber querido besar a la Virgen de la Moreneta así como tampoco permitirle recorrer los túneles que supuestamente existen bajo el monasterio. Ante la insistencia nazi el Padre Ripoll no pudo más que asegurar que el Santo Grial no estaba allí. Himmler espetó lo siguiente: "¡Todo el mundo en Alemania sabe que el Grial está en Montserrat!" Pese a todo Himmler se marchó sin conseguirlo ni saber si el Santo Grial realmente estaba allí o lo había estado en algún momento.



Los nazis también quisieron visitar Barcelona y más concretamente la Catedral de Barcelona porque guardaba y guarda en la actualidad otro de esos objetos de poder que buscaban, el Trono de Oro del Rey Martín I el "Humano". Cuando Himmler visitó Barcelona fue a la Catedral de Barcelona para ver el Trono de Oro e intentar conseguirlo para llevárselo a Hitler. El Trono de Oro perteneció al Rey Católico Martín I, un estudioso de las ciencias humanas, por ello le llamaban el "Humano". Al no tener descendencia, al morir quiso que su Trono de Oro fuera heredado por Jesucristo por lo que automáticamente se convertiría en un objeto sagrado y de poder. El Trono se guardaba en la Catedral de Barcelona donde se veneraba y se dispuso que contuviera en su interior la Hostia Consagrada. Tras el inicio de la Guerra Civil Española el Trono de Oro fue exiliado a Francia huyendo del bando fascista, pero tras el alzamiento de Franco se recuperó la reliquia y se devolvió a Barcelona. 



Himmler y su Ahnenerbe encontraron esta vez si un objeto de poder en España, pero pese a las buenas relaciones entre los dos regímenes dictatoriales no pudo conseguir el Trono de Oro. Finalmente Hitler, Himmler y las SS Ahnenerbe se marcharon con las manos vacías de España. Aunque la Alemania Nazi poseía la Lanza del Destino aquello no les permitió cumplir sus aspiraciones de dominio mundial y, casualidades o no del destino, fue perderla a manos del ejército Norteamericano y definitivamente caer derrotados suicidándose Hitler y muriendo poco después un Himmler. 


Los objetos de poder siempre han sido muy codiciados por personas muy poderosas. Jamás se a comprobado la veracidad de su poder, de algunos se duda de su autenticidad, mientras que de otros aún no se han encontrado convirtiéndose en mitos de la historia humana. Sea como sea algunos de esos objetos hay quién sospecha que o siguen perdidos en nuestro país o siguen ocultos por personas encargadas de impedir que lleguen a malas manos. ¿Mito o realidad? Mejor quedarse con lo romántico del misterio.

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