Cebolla y lágrimas: el motivo de tanto drama.

Seguro que al cortar las cebollas has llorado aparentemente sin consuelo. Desde tiempos inmemoriales cebolla y lágrimas son un vínculo irremediable, pero ¿cual es el motivo de tanta pena? ¿A caso sentimos un apego tan grande por estas verduras que algo se remueve en nuestras conciencias, rompiéndonos el alma hasta hacernos llorar? Nada de eso, su motivo tiene mucho más que ver con un origen químico que con un supuesto apego emocional e irracional hacia las cebollas.



Gracias a un estudio de hace unos pocos años se pudo averiguar el motivo por el cual cortar cebolla nos provoca picor de ojos y lágrimas. Por lo visto al cortar la cebolla fresca se libera una molécula que se concentra dentro de la cebolla con el curioso nombre de “trans-(+)-S-(1-propenil)-L-cisteina sulfóxido”. Esta molécula se mezcla con una encima llamada alinasa y que a su vez se libera al romper las células de la cebolla al cortarla. El resultado de esta mezcla química desprende un gas hecho a base de sulfuro que al contactar con la retina de nuestros ojos provoca irritación y posterior lagrimeo para limpiarlos y expulsar impurezas que puedan generar esa irritación.

Si te habías preguntado por el motivo de tanto lloro al cortar la cebolla aquí tienes la auténtica verdad sobre ello, nada de sentimientos encontrados, ni penas dramáticas... un proceso químico es el causante de todo. Aún así existen algunos truquitos para evitar llorar al cortarla. Los más locos prefieren que la corte otr@ y así evitar el escozor de ojos. Otros optan por algo más complicado y peligroso que es cortar a distancia la cebolla alargando los brazos y apartando ligeramente la cara, pero aquí corre peligro nuestra integridad física y tampoco tenemos la seguridad de que no nos picaran los ojos ya que nuestros brazos no pueden extenderse metros de nosotros. Pero también están los trucos de toda la vida para evitar el picor de ojos como meter las cebollas en la nevera para enfriarlas antes de cortarlas y así evitar que esa reacción química como mínimo no nos afecte tanto o, la que más me gusta, si tienes unas gafas de esas de piscina o de buceo muertas de risa por casa, puedes darles un segundo uso poniéndotelas para cortar cebollas como si no hubiera un mañana. Tú aspecto será divertido pero muy efectivo.



Así que ya sabes, si no quieres llorar o pasas de cortar la cebolla, renunciando a deliciosos anillos de cebolla rebozados, ensaladas condimentadas con trozos de cebolla, sofritos riquisimos en los que la cebolla aporta su parte de sabor... o te proteges contra las reacciones químicas de la cebolla y asumes que son ellas o tú.

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