Reflexiones exprés: El dinero no da la felicidad...

Bonita frase ¿verdad? ¿Quién no la ha expresado alguna vez o se la han repetido? y es que en ocasiones esta frase hecha surge, cuando por ejemplo una chispa de deseo brota frente a lo que otros pueden o tienen con mayor poder adquisitivo, para devolvernos un poco a la cruda realidad y contentarnos con nuestra propia existencia.


¿Pero quién fue al que se le ocurrió esa idea? Muchas veces he pensado y reflexionado sobre ello y he llegado a la conclusión que tuvo que ser alguien que manejaba un buen patrimonio personal. Y es que... ¡Haaayyy amig@! El dinero no dará la felicidad, no claro que no, pero como se dice vulgarmente: ayuda. Existen personas que han estudiado el tema y han llegado a la conclusión de que con más dinero somos más felices. No hay que ser  estúpido para imaginarlo ni tampoco cínico, ya que tengas la idea o pensamiento que tengas, tener más dinero te ayuda a conseguir más cosas y por lo tanto ser un poquito más feliz en este mundo capitalista en el que el ser humano vive ya desde hace bastante tiempo.


Algun@s pensarán que esta forma de pensar tiene mucho que ver que nuestra sociedad consumista y bien cierto es, pero es que desde que en la humanidad surgió la primera moneda quién lograba amasar más cantidad, más posibilidades tenía de conseguir más cosas que le ayudaran a vivir más feliz aunque no siempre mejor. Y es que por ahí si que puede tener un sentido más positivo la dichosa frase, ya que tener más y mejores cosas, las más novedades y exclusivas, las más grandes y brillantes... no te asegura encontrar el verdadero amor, ni tener a los mejores amigos, ni el cariño más sincero de tú familia... ni tan siquiera te libra del fracaso ni de la enfermedad. Por ello si que es cierto que el dinero no da la felicidad no al menos la auténtica, la que nace de dentro, la más natural que se obtiene de la relación social entre personas y que al igual que nos puede hacer sentir bien los unos con los otros e incluso con nosotros mismos, también se puede conseguir todo lo contrario.


Pero aún así creo que aunque la frase naciera desde la más sincera intención de no hacernos perder la cabeza ante los "placeres" temporales que ofrece el tener más dinero, sigo creyendo que como mínimo en algún momento de la historia esta frase se la hizo o se la hicieron suya aquellos personajes que más tenían y dominaban, con el fin de que aquellos que no tenían y aspiraban o soñaban a también tener, recapacitaran en sus aspiraciones o ilusiones para no tener que compartir esa riqueza. Como si alguien con mucho dinero tuviera que ser porque si un triste desgraciado que ansíe ser como tú o yo, un o una simple y normal mortal sobreviviendo al día y luchando por tener unos pocos ahorrillos con los que poder, en algún momento, darse un buen homenaje con el que sentirnos un poco mejor.


Ya se sabe que aunque dominen el mundo algunos de ellos, hubieron y hay hoy en día muchos más pobres que ricos. Así que ¿porque no ser también un poco más felices?

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